Y entonces recordé porque terminé como terminé....

Hoy, buscando cadáveres debajo de la cama, Kie-chan encontró una caja pequeña. No la caja donde guarda los CDs que si la gente los ve,morirían de un paro cardiaco, más bien encontró una caja bastante vieja. Armada de valor, puesto que allí bien podrían encontrarse los restos de una antigua civilización de hormigas devora-todo, se decidió abrir la caja y al hacerlo casi, casi, sintió como se le paraba el corazón.
Allí estaban nada menos y nada más los libros de su infancia que habían sobrevivido a la sorpresiva dosis de "limpieza a fondo" de su madre. Con cuidado, sacó el primer libro, amaba esa portada: la caricatura de un pequeño científico loco llamado Van Trinchete sujetando un matraz mientras un par de "mounstros de prueba" lo ven con ojos atemorizados desde unos frascos. El siguiente mostraba a un "Frankenstein" deforme sonriendo como tonto y una mansión de fondo...En fin, allí estaba toda la serie de "Maldita Mansión", cuatro libros escritos por Paul Martin y Manu Boisteau. También estaba "Un grillo en Times Square" de George Selden e ilustrado por Garth Williams.
Kie-chan no podía estar más feliz, pensó que no los volvería a ver nunca, los hojeó y los leyó, percibió el aroma a polvo de sus hojas, un poco amarillentas y volvió a reír. Vaya que amaba esos libros, le recordaban cuando casi no dormía durante las noches con tal de leerlos varias veces. Cuando moría por escuchar alguna canción de Hans:

RECUERDO DE UNA NOCHE DE VERANO

La brisa , acariciándonos
Tú y yo, abrazados
Me estaba enamorando

La luna nos miraba
Las estrellas brillaban
Tu piel olía a jabón
Y mi aliento a coliflor

Oh, mi dulce y tierna Dafne
¿O acaso era Noemí?
La felicidad se ha ido
Y yo me siento morir

He recorrido todo el mundo
Venecia, París, Londres, Bagdad
Para resolver este misterio
¡Yo, que en tren odio viajar!
Y si creo que tu perfume
De nuevo me deja embriagado
Pero no es más que el vecino
Que está friendo pescado

Y sí, amo estos libros porque eran como un salvavidas para días, como hoy, de reunión familiar en los cuales preferirías estar con los habitantes de la mansión de Lunamuerta o sentada en el kiosco de revistas de una estación de trenes antes de que en medio de una discusión por alguna estupidez.