miércoles, 11 de noviembre de 2009

Soledad...y no es la vecina


Hoy, por azares del destino, Kie-chan llegó a su casa y no a la de la abuela como es su costumbre.
Entró y no encontró a nadie, así que sonrió y decidió comenzar su tarea.
La terminó rápido y se puso a leer, desafortunadamente empezó a caer en un sopor no inducido por alucinógenos y se quedó dormida en el nada cómodo sillón.
Las horas pasaban y nadie parecía llegar a la casa, y evitando a toda costa comunicarse.
Encendió entonces el radio, pero no encontró ninguna estación buena, en parte porque Kie-chan no sabe sintonizar las estaciones en el radio de la sala.
Un poco frustrada encendió la televisión, donde, como es costumbre, sólo halló basura y malas películas.
Salió a la calle a conseguir algo de comer, recorrió durante un par de horas las calles cercanas a su casa hasta que empezó a oscurecer y supo que debía regresar a la casa. No consiguió nada comestible.
Intentó escribir una historia que tiene en la mente desde hace un par de días, fue en vano. Al parecer la inspiración había muerto.
Sonó el teléfono y Kie-chan corrió a contestar, estaba pensando que, teniendo una familia tan controladora, era extraño que no la habían marcado ni una vez.
-¡Moshi moshi! -contestó Kie emocionada, necesitaba hablar con alguien, tener un mínimo contacto humano.
-Hola -se escuchó la voz de una mujer del otro lado de la línea- Quiero hablarte de la escasez de agua que tiene el D.F.
-Sí, lo he notado últimamente... -Kie-chan interrumpió a la mujer, mas ésta siguió hablando.
-...Por lo que durante estos días....-la voz continuaba impasible, ajena a la chica que, en posición fetal, estaba acostada en el sillón con el teléfono aferrado en las manos.
Después de unos minutos se corta la comunicación. Era una grabación.


Me agrada la soledad; estar sola y simplemente cerrar los ojos y pensar, tranquilizarme del ajetreo del día a día, pero a veces, sólo a veces, necesito un alguien físico con el que hablar, o a veces ni siquiera eso, el simple hecho de saber que está allí, que puedo ir con él/ella si lo necesito, me pone feliz.
¿Egoista? Sí, bastante, lo intento evitar, pero no puedo. Soy una estúpida egoista.

1 comentario:

  1. Aw kie! Gomen por ver tu post hasta ahorita, pero sabes que siempre puedes llamarme, cuando quieras o lo necesites. Emmm... te acabo de llamar algo preocupada pero sólo sueeeena y sueeeena... has de estar en clase o algo ocupada.
    Y quizás no sirva de mucho viniendo de mi, pero eres de las personas menos egoistas que hay! De hecho, te desvives por todo mundo, das todo lo que puedes, y a veces siento que si pudieras tener 34 horas en un día, dedicarías 24 para otras personas y sólo 10 para tí, incluyendo sueño y otras necesidades básicas. Y ooooyeme, recuerdas cuando tuvimos esa discusión, cuando me dijiste que yo era todo menos egoista? PUES LA QUE ES TODO MENOS EGOISTA ERES TU! Ahora, sácate esa maldita idea de la cabeza, por un momento piensa en lo que tú quieres y lo que tú necesitas, que aunque muchos no te demos las gracias todos los días no podríamos aguantar sin tu ayuda/apoyo/amistad/enorme grado de entendimiento/compañerismo/etc
    Besos!

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Etto...Arigatou por vuestros comentarios...
¡Me ponen feliz!
Eh...dududududududududu
¡Los quiero!