Feliz cumple Yaoi-chan

Sí, y que mejor manera de celebrar tu cumple que con un fic yaoi? Sí, están advertidos, favor de NO leer si no son yaoistas.

También favor de NO leer si eres Yu-chan, si eres....nah creo que con que les advierto que es HARD YAOI se abstienen la mayoría

+++

Bueno, si siguen aquí es porque REALMENTE son unos pervertidos. Bueno, les explicaré un poco la historia. En segundo de secundaria ¿o fue tercero? Neko y yo hicimos una historia...en ese entonces leía/leíamos muchas historias de Anne Rice y así salió este LestatxArmand (sí, yo discutí, porque quería un LestatxLouis). Fue mi primer lemon, y si no estoy equivocada también el de Neko. Etto...sólo espero que Neko no me mate por andar publicando esto aquí XD

Y sí, a veces me pregunto como pasé de este fic, a lo que escribo actualmente...Neko....creo que después de ese fic de Heero....mi mente no volvió a la normalidad V.V Te amo!

P.D. Nunca le pusimos título a la historia...voten por uno!!!

+++

Lestat llevaba años sin verlo; desde que se despidió de Armand en París (aproximadamente 4 siglos antes) había tenido todo tipo de experiencias -y amantes-, pero igual que siempre, todo cambiaba al verlo. De vez en cuando pensaba en él, pero teniéndolo en frente, lo hacía aún más bello de lo que recordaba.

Armand estaba intrigado, Lestat no podía estar más hermoso que antes ¿o sí? Esa mirada seguía intrigándolo, engatusándolo, pero no podía permitir que se notara, al menos no demasiado.

-Armand, que gusto volver a verte

-Igualmente, Lestat, me alegra que sigas siendo igual que antes

-He cambiado un poco Armand, pero eso no es importante. Ven, vayamos por un poco de vino.

Lestat tomó suavemente la mano de Armand y fueron caminando, uno junto al otro, sus cuerpos rozándose con ternura. Su destino era un hermoso y romántico restaurante.

Después de que les dieran una mesa y les sirvieran un poco de vino, comenzaron a platicar.

-Como decía, no has cambiado en nada, te siguen encantando -dijo Armand, refiriéndose a los humanos del restaurante.

-Son facinantes, tan bellos y llenos de vida...Pero cuéntame ¿qué has hecho todo este tiempo? -preguntó Lestat, acercándose un poco a Armand.

-Ah, he vagado por aquí y por allá...Roma y Venecia.

-Lugares hermosos, sin duda -Lestat tuvo que morderse la legua para no agregar "como tú"

-¿Y tú, Lestat? ¿Qué ha sido de ti desde la última vez que nos vimos?

-Regresé de América, me he dedicado a cazar por todo el continente y ahora, estoy aquí, contigo-dijo lo último de una manera seductora, casi como si quisiera que las palabras acariciaran a Armand.

-En cuatro siglos debiste de haber hecho más ¿o no? ¿Qué hiciste que no me puedas contar? ¿Acaso te portaste tan mal, mi adorado Lestat? -dijo Armand, de una manera coqueta y juguetona. Quería seguirle el juego. Lestat sólo sonrió tristemente.

-En realidad mi vida es bastante aburrida -quiso agregar "sin ti", pero se detuvo a tiempo. Aún podía recordar la época en la que estaban juntos, recordó, por breves instantes, cuando salían a cazar juntos lo más temprano posible para tener toda la tarde para ellos...cuando, a veces, preferían pasarse las noches enteras besándose, hablando...haciendo cosas que solamente que con él se atrevía a hacer. Lestat amaba cuando hacía ruborizar a Armand, le recordaba las largas noches con él. No recordaba el motivo de su separación, pero sí recordaba la sensación de sus suaves labios y la calidez de su cuerpo lleno de sangre fresca.

Lestat sabía lo que se sentía estar junto a él, se volvía a sentir humano. Quería estar prácticamente fusionado con el cuerpo de Armand, pero decir eso hasta insinuarlo , le parecía vulgar y bajo.

Estaba tan nervioso que no recordaba la forma en que Armand se podía escurrir en sus pensamientos si no se defendía.

"Tú sabes que eso me agradaría, Lestat, sabes que la sangre que ahora hay en mis venas late por ti, sabes que deseo recordar como era lo nuestro" Lestat pudo escuchar dentro de su mente la dulce pero provocativa voz de Armand.

Su temperatura corporal se elevaba y ambas respiraciones aumentaban de velocidad, volviéndose irregulares.

-Vámonos. Yo aún no he comido nada....y necesito reponer fuerzas.

Salieron del restaurante y comenzaron a vagar por las frías calles de *inserte aquí un lugar romántico*. Por fin encontraron una víctima, un hombre que, al parecer, había salido a divertirse después del trabajo. Armand sujetó suavemente a aquel hombre y, casi con delicadeza, hundió sus blancos y afilados dientes en su cuello.

Lestat permanecía ausente mientras esta escena se desarrollaba, mirando sin mirar; seguía pensando en lo sucedido con Armand en el restaurante.

-Hora de irnos, Lestat, he terminado

-Tengo boletos para Romeo y Julieta, ¿me acompañarías, Armand?-Lestat sólo recibió un leve asentimiento por parte del otro.

Los dos sonrieron, el viejo mito de los vampiros que "murieron" por amor seguía encantando a los humanos, y era como un chiste personal en el reino de los vampiros que pudieran tener relaciones pues sólo los vampiros antiguos, de los milenios, podían.

Lestat pasó su fría mano por la pálida mano de Armand. Ambos sentían el instinto y la sensualidad fluir, pero debían esperar, todavía no era el momento de volver a lo de antes.

Lestat lo guió hacia un teatro de estilo antiguo, y con un pequeño soborno consiguieron otro boleto. Faltaba poco para que empezara la función, y las luces estaban casi totalmente apagadas al llegar al palco, un lugar privado y con cómodos, espaciosos y mullidos asientos de satín.

Ya comenzada, y como siempre, los vampiros se sorprendieron al ver la delicadeza, belleza y vida de los humanos en el escenario. Al mismo tiempo recordaba Lestat el pasado, como habían ido a ver otras obras antes: La Traviata, Hamlet, La Iliada...y al terminar vagaban por las ciudades y se besaban: sobre campanarios, en parques, en el muelle, cualquier lugar desierto...pero esta noche se sentía diferente.

Las interpretaciones eran hermosas, tanto, que Armand -que de pronto se sintió reflejado en la obra- soltó una lágrima teñida de sangre, empezó a caer suavemente hacia sus labios. Lestat se dio cuenta.

-No podemos dejar que se ensucie tu bella ropa-dijo Lestat para posar sus labios sobre la lágrima, que ahora estaba casi por la barbilla.

Armand se quedó muy quieto, intrigado por ese casi-beso, tan fogoso y embrujante, aunque fuese sólo un roce.

Lestat sentía que actuaba por instinto y era algo que lo espantaba pero agradaba. "Esta noche regresaremos a los viejos tiempos", pensó Lestat "Y será aún mejor".

Mientras tanto, Armand sentía que se le hacía un nudo en la garganta y sentía un extraño, pero conocido fuego en el estómago, el mismo que sólo había sentido con su maestro, y eso cuando aún estaba vivo. Sin pensarlo dos veces se volteó rápidamente y besó a Lestat.

Lestat no estaba sorprendido, al contrario, parecía haber estado esperando aquel beso.

Las manos de Arman estaban alrededor del cuello de Lestat y éste no pudo hacer otra cosas mas que pasarle los brazos por su cintura. Cuando por fin se separaron, los dos estaban rojos y con la respiración agitada. Sus ojos brillaban con emoción.

-Será mejor que te concentres en la obra -dijo Armand- Sabes bien que nosotros no podemos...no podemos jugar con fuego...si no podemos apagarlo.

Lestat sólo sonrió y se concentró en el espectáculo. Armand no pudo descifrar esa sonrisa. ¿Qué habrá querido hacerme entender? ¿Acaso él sabrá cómo....? ¡Era imposible! Lo había intentado de todas las formas posibles. ¡Él! ¡El mismo Armand del Teatro de los Vampiros! ¡El mismo del cementerio de Les Innocents! No era posible que Lestat supiera cosas que él no. Inhaló profundamente e intentó aclarar su mente. Miró de reojo a aquel vampiro sentado al lado de él, parecía tan tranquilo, todo lo contario de como se sentía él, como si lo que había pasado hacía sólo unos instantes solo fuese una ilusión.

Su rostro estaba relajado, parecía disfrutar la obra; siempre le habían encantado los largos rizos cayendo por sus hombros, sus ojos grises que, según la luz, parecían violetas o azules. Su nariz era fina y corta, le gustaba mucho. Sonrió y bajó la mirada hacia su boca, que, aunque grande, encajaba a la perfección en su rostro. Ahora esa boca sonreía, casi dulcemente, mientras veía a los frágiles humanos ir de un lado para otro en el escenario.

-Hora de irnos, Armand...-Estas palabras lo sacaron del estado de sopor en que se encontraba- La obra ha acabado temprano, pero conozco un lugar al cual podemos ir.

Salieron a una calle desierta, alumbrada por la luna, caminaron en silencio hasta llegar a un oscuro callejón.

-¿Aeternus taetricus? -preguntó Armand al ver la fachada del lugar que, a pesar de que por fuera el lugar no parecía acogedor, dentro había un ambiente cálido que recreaba el siglo XVIII. Un grupo tocaba algo de metal fusión. Lestat recordó cuando había sido toda una rockstar, cuando había casi, comenzado una guerra entre vampiros. Sonrió y una lágrima de sangre recorrió su nostálgico rostro.

Se sentaron frente al grupo, en unos mullidos sillones de respaldo alto, comenzaron a hablar sobre cosas triviales. El tiempo pasaba y cada vez se sentían más cómodos, más relajados...Poco a poco, a medida que se hacía de mañana, los vampiros comenzaban a subir a un anexo.

-¿A dónde llevan esas escaleras? -preguntó Armand con curiosidad.

-Son habitaciones. Si vas tarde y no crees llegar antes del amanecer, puedes quedarte aquí. Si quieres podemos ir a ver una, son agradables.

Comenzaron a subir las escaleras, eran muy estrechas lo que los obligaba a que sus cuerpos se rozaran. Llegaron a un largo pasillo con puertas de madera en ambos lados, unas antorchas fijadas en las paredes eran la única luz.

Lestat sacó una pequeña llave de su pecho y abrió una puerta. La habitación era espaciosa con dos ventanas cubiertas por pesadas cortinas de terciopelo negro. Un ataúd de caoba con cómodos interiores en seda y terciopelo llamaba particularmente la atención.

Era grande como para dos personas...pero sólo había uno.

-Todo tuyo, Armand querido -dijo Lestat mientras lo empujaba suavemente la tapa y señalaba el interior para que entrara.

-Pero...¿dónde vas a dormir tú, Lestat? ¿y el sol? -dijo Armand con tono preocupado.

-Obviamente dormiré contigo, no hay otra opción ¿o sí? Toda tuya será la mitad que escojas, la otra será para mí. Hay suficiente espacio ¿no te gustaría compartir conmigo otra vez? -Y esa sonrisa pícara no mentía, disfrutaba torturarlo, porque si pudiera...pero eso no importaba, no ahora.

-Está bien, yo quiero el lado derecho -la única respuesta que obtuvo fue una mirada seductora y un pequeño empujón hacia adentro.

Al menos lo bueno de la época moderna era que ahora cualquiera podía fingir ser vampiro: este

féretro venía con unas pequeñas luces.

Armand cerró los ojos, cansado, habían sido demasiadas emociones para un sólo día. Podía oír la respiración de Lestat, podía sentir su calor a través de la fina capa del vampiro de ojos grises. Intentó relajarse, pero sólo logró tensarse más.

Sintió como Lestat se movía, al parecer buscando alguna forma de acomodarse. Cada movimiento del otro hacía a Armand más consciente de que estaba acostado en un ataúd con un vampiro...un vampiro bastante sexy.

Lestat intentaba encontrar una posición donde no pudiera tocar a Armand. Podía olerlo, una mezcla de sangre con una fragancia que sólo podía describir como sensual.

-No puedes dormir ¿verdad, Lestat? No era buena idea dormir juntos, iré a rentar otro cuarto -dijo tímidamente Armand.

-Ya casi sale el sol, sería muy arriesgado salir. Aparte, todas las habitaciones están ocupadas -dijo Lestat, provocando un incómodo silencio.

-Debe haber otro lugar para dormir, ¿no Lestat? ¡Éste no puede ser el único ataúd!

Lestat se volteó a para mirarlo.

-¿Acaso te doy asco, Armand? -dijo Lestat mientras acariciaba su mejilla- ¿No te gusta estar cerca de mí?

-No es eso Lestat, y lo sabes, es sólo que...yo...no...nosotros no...podemos.

-¿No podemos hacer qué? -preguntó Lestat con una sonrisa maliciosa.

-¡Ya sabes que Lestat! ¿Crees que no lo he intentado? ¿Crees que yo no...? -Armand fue callado por un dedo de Lestat en sus labios.

-Shh...calma querido ¿Quién dijo que no se puede? -Lestat pegó sus labios con los de Armand y con un movimiento se colocó encima de él.

-¡Lestat! ¿Qué haces? ¡Lestat! -dijo Armand mientras lo intentaba empujar- ¿Qué demonios haces? ¡Lestat!

+++++

Muajajajajajaja soy mala

Hasta aquí le dejo Yaoi-chan...bola de pervertidas

Eh...es que aún faltar muchas hojas

Y ya me doler mis deditos T.T

Y el tipo acosador 1 me dio miedo....SOS

Neko...te amo

Yaoi-chan...feliz cumple....Sos genial....Os quero....MUCHO....

¿Quieres que continúe la historia?

¿Quieren que continúe la historia?

¡Dejen comentarios con felicitaciones para AMPARITO-CHAN!

Próxima entrada: LEMON

Matta ne!