Por lo tanto propongo, basados en la teoría de Boris Vian, una versión de su filosofía de vida que, en lo personal me encanta seguir.
En realidad, sólo hay dos cosas importantes: el amor, en todas sus formas, con personas hermosas y la buena música. Todo lo demás debería desaparecer porque todo lo demás es feo, y toda la fuerza de convencimiento que tienen los argumentos preceden del hecho que son completamente verdaderos porque me los he inventado yo de inicio a fin.
Al final del día, no tiene sentido vivir si no eres feliz. Obviamente la felicidad viene de muchas maneras y realmente deberíamos hacer cualquier cosa que nos provoque un poco de felicidad y no apeste eternamente a los demás.
Dejémonos de preocupar un poco y empecemos a vivir.
Curiosamente, lo que en estos momentos me agrada es dejarme llevar por la corriente. Todo por el simple hecho de que soy una amante de la adrenalina y una fiel creyente del hedonismo. Hago lo que me causa placer aunque eso resulte en una situación que me lleve al límite. Jugar a la cuerda floja. Correr al precipicio y quedarse allí; observar lo fácil que es caer. Entonces, río un poco y retrocedo. Ya quiero que llegue el día en el que simplemente termine resbalando al abismo.